sexta-feira, 24 de fevereiro de 2012

Sobre el valor del sufrimiento

El problema bioético planteado por la eutanasia nos sumerge de lleno en las aguas profundas del sentido del sufrimiento humano. Tiene algún valor el sufrimiento en si mismo, o es algo que debe ser evitado a cualquier precio? 

Un punto de partida puede ser la constatación de que todo ser humano sufre en alguna medida y por razones diversas, pareciera que el sufrimiento hace parte de la experiencia del vivir, de la finitud y la carencia. Sin embargo, la experiencia también muestra que es humano tratar de reducirlo, de evitarlo, especialmente en casos particularmente extremos. Sabemos también que la vida atraviesa por etapas en las cuales sufrimos más, sea por una enfermedad, sea por una relación afectiva difícil, por la realización de un trabajo frustrante que no corresponde a lo que querríamos hacer… en fin. Pero que muchas veces son experiencias que brindan una madurez, un crecimiento de la persona en la línea de la humanidad. 

Desde el punto de vista cristiano, una predicación equivocada ha mostrado una imagen errada de Dios: la idea de un dios sádico, con el cual la persona se reconcilia mediante el sufrimiento, un dios que incapaz de perdonar somete a su propio hijo y con él a toda la humanidad a sufrir para pagar una ofensa infinita que sólo puede ser saldada con sangre. En esta lógica de un mensaje de muerte, fue mal comprendida la Buena Nueva. En esta lógica de un Dios diferente mostrado por Jesús, comprendemos su muerte como una consecuencia de su amor a la vida, al enfrentarse a los poderes del momento. La muerte de Jesucristo se transforma entonces en fuente de sentido para todos aquellos que sufren, para hacer del sufrimiento una experiencia de salvación, no porque sea en si mismo deseable, por el contrario vemos al Jesús de la historia siempre preocupado por aliviar el sufrimiento de las gentes de su tiempo. Es el amor y solo el amor el que da sentido a todo aquello que no podemos evitar. Néstor Fajardo (aluno)

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