Un
día me preguntaron si prefería jugo de naranja o de piña, respondí “da igual” a
lo que me respondieron “no todo da igual”, esta frase resonó por mucho tiempo
en mí y concuerdo plenamente “no todo da igual”, en este mundo de cambalache como reza un tango argentino
“todo es igual” y no es así, en la realidad más profunda del ser humano hay
jerarquías y también hay diversidad de
claves de interpretación, no es lo mismo en su valoración la Madre
Teresa de Calcuta que un opinólogo de
farándula No es lo mismo hacer el bien que no hacerlo o hacer el mal. No es lo
mismo admirarse por la naturaleza contenida en un bosque y dejarse sorprender
por cómo la luz danza entre los árboles, que observar ese mismo bosque y verlo
como “x” toneladas de celulosa. No es lo mismo informar que formar. No es lo
mismo defender la vida que no defenderla o matarla, definitivamente no es lo
mismo.
La
altura del ser humano, depende de la altura de valores que en él subsisten, su
propia valoración personal y su instalación en el mundo son lo que dan cuenta
de su dignidad como persona, la dignidad por cierto no está en el vivir no más
por el vivir biológico, sino cuando la vida tiene sentido en la Vida, como
canta una canción “no es lo mismo que vivir honrar la vida”. Por Ada E. Romero Obregón (aluna).
Créditos da foto: http://www.taringa.net/posts/humor
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