quarta-feira, 22 de fevereiro de 2012

"Jerarquía de principios"


La bioética estudia todas las acciones y decisiones que tienen que ver con el respeto y la preservación de la vida humana, en el que se abarca tres grandes ramos: el origen, el desarrollo y el final de la vida. 

Para atender tales ramos, la bioética debe abordar la temática de "la jerarquía de principios": en una sociedad tan compleja como la actual donde existe una diversidad de éticas, es necesario tener por lo menos una jerarquía de principios para poner puntos comunes en las discusiones referentes a la vida humana. Cada ética por sí sola no responde a los conflictos generados, muchas veces por la falta de un consenso común. 

Así encontramos cuatro principios: dos de ellos se refieren al ámbito de lo externo y los otros dos al ámbito de lo interno. El primer grupo se refiere a los principios de no maleficencia y de justicia, que por tener un carácter público determina los deberes de la vida a nivel biológico y social y, por lo mismo, son iguales para todos. El segundo grupo corresponde a los principios de beneficencia y autonomía, que corresponde al ámbito de lo personal, ya que va ligado a las decisiones que cada individuo en una sociedad responde con el desarrollo de su propia vida. Tal persona realiza su proyecto de acuerdo a sus propios ideales. 

Ahora, ¿cuál de los dos grupos tiene una mayor prioridad o mayor jerarquía? Sin duda el primer grupo: la no maledicencia y la justicia ya refiere a una ética de los mínimos, es decir, lo mínimo que una sociedad debe establecer. En cambio el segundo grupo corresponde a la ética de los máximos, que no necesariamente deben tener un carácter universal. 

Sin embargo, el problema mayor se genera cuando es necesario discernir entre dos principios de un mismo grupo. Existe diversas soluciones pero ninguna da una solución definitiva. Por ejemplo, la ética deontológica que afirma que ante una situación conflictiva, la mejor alternativa es aquella que se ajusta al conjunto de normas ya establecida. Lo contrario sucede con la ética utilitarista, cuya mejor alternativa es aquella que mira las mejores consecuencias, según el grado de beneficio, de utilidad o de satisfacción. Por último encontramos una ética que abarca no solo las dos éticas anteriores, sino que trata de particularizar cada caso, donde la mejor solución no está determinada de manera a priori, sino de forma consensuada. 

Como vemos la bioética lida con esta jerarquía de valores para dar respuestas a problemas surgidos de una sociedad científica y tecnológicamente avanzada. No obstante, "la jerarquía de valores" queda muchos problemas o dilemas abiertos, en donde todavía se polariza las diversas posiciones. Por Fredy H. Castañeda Vargas (aluno).

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